El sistema de control de aforos se ha convertido en una herramienta fundamental. Sin embargo, no todos los pequeños comercios pueden permitirse en plena crisis económica adquirir un equipo. Este es un ejemplo de que, en ocasiones, no es necesario crear una tecnología innovadora, sino adaptarla a las necesidades del segmento del mercado. Es lo que nos enseña Alberto Martín Mazaira, CEO de Devs On trees.
Alberto es el nuevo fichaje de Lanzadera, la aceleradora de Juan Roig, pero antes de llegar a Valencia dio muchas vueltas por el mundo. Estudió Industriales e Informática pero no le gustaba la docencia en la universidad y se lanzó a trabajar.
Tan solo iba a pasar un invierno en Alemania para hacer snowboard y finalmente se quedó cinco años. En Múnich trabajó con BMW y como programador en Ciber Bank, el primer banco de Europa que ofrecía nuevos productos financieros como el Bitcoin. Aquí pudo desarrollarse profesionalmente hasta contar con su propio equipo dedicado a las interacciones bancarias de las criptomonedas. Pese a estar en el mejor momento de su carrera, Alberto echaba de menos sus raíces. Así, volvió a España decidido a montar su propia empresa.
Ya de regreso, reunió a su equipo para crear una consultoría. Desarrolló algoritmos de trading automáticos para bitcoins pero con el confinamiento todo se detuvo. Fue entonces cuando decidió centrar sus esfuerzos en ayudar a la sociedad.
En un voluntariado trabajó para encontrar soluciones ágiles a la escasez de material sanitario. Por ejemplo, respiradores que se imprimían en 3D. Alberto se dio cuenta de que las soluciones comenzaban a enfocarse para Estados Unidos y pensó «a mi Estados Unidos no me importa, yo quiero ayudar a nivel local». Con las ideas claras, Alberto desarrolló un sistema de control de aforos eficaz y económico basado en la sensórica. Lo que no se esperaba es que, como grandes descubrimientos de la historia, el sistema ha terminado por servir para muchas otras funciones.
¿Cómo funciona el sistema de control de aforos?
El proyecto se basa en una plataforma de analíticas. Compras un dispositivo como si fuera un IPad, muy sencillo. Queríamos evitar la instalación profesional y que los comerciantes no supieran ponerlo pero es uy intuitivo, te llega y lo pegas en la pared. Emite un cono laser que mide la profundidad. Lo dividimos en dos regiones de interés y mide como cambia la profundidad cuando pasa un cuerpo y le sigue en el área de control. Así se puede saber si entra o sale. Cuando detecta que entra o sale se añade a la plataforma de big data de la nube. Así, no solo se controla el aforo, sino que te da estadísticas y análisis por horas. Ahora hay semáforos para quien no quiera una tablet.
¿En que se diferencia del resto?
La diferencia entre este y otros semáforos es que no usa cámaras. Entra mucho mejor con el sistema de regulación de privacidad de datos ya que en un sitio privado no puedes recoger imágenes si no estás autorizado. El nuestro no porque como va con sensórica. En Alemania, por ejemplo, esto se lo toman muy en serio y no quieren usar las cámaras.
Los que usan cámaras vale más de mil euros, nosotros estamos en 200 euros. La idea no era hacer una tecnología que no existiese, sino hacerlo para un segmento que hasta ahora no lo estaba utilizando. Además, consigue eliminar los fallos que había hasta ahora de la sensórica. Antes, estaba basada en infrarrojos que daban problemas porque no detectan la profundidad.
¿Para qué más se puede utilizar esta herramienta?
No solo sirve para contar las personas y limitar el aforo, sino también para las reservas y para conocer mejor el comportamiento de los clientes de las tiendas.
Las aplicaciones de los gimnasios o las salas de reuniones de empresas muestran el número de las reservas, no el aforo real. Es una misión imposible reservar salas de reuniones en el mismo día. Siempre están pilladas pero luego si pasas por ahí ves que están vacías porque la gente la reserva por si acaso y no van. Entonces si nadie entra a los 5 minutos se libera la reserva, también si se van antes. Así puedes optimizar un 30% el uso de tus instalaciones. También mapea por hora si los clientes compran o no, si había alguien en la puerta, si el escaparate estaba mejor, en qué hora hay más mirones o interesados…
¿El punto de mira es España o también tenéis en mente abriros a otros países?
La mayoría se hacen en China, pero nosotros queríamos echar runa mano en crear negocio aquí. Tanto el dispositivo como el montaje y la fabricación son de España, es made in Spain 100%.
Luego nos dimos un bofetón de realidad, el comercio pequeño esta muy muy fastidiado. En las librerías o farmacias les parece una idea fantástica pero dicen que cualquier gasto que puedan evitarse mejor porque esta el comercio completamente hundido. No supimos prever y por esto el arranque inicial está yendo más despacio de lo que queríamos. Por eso estamos echándole un ojo de la primera internalización en Alemania
¿Cómo os está ayudando Lanzadera con vuestro proyecto?
Suplen las carencias, somos técnicos y no tenemos formación en la parte de venta. Para los aforos había soluciones muy buenas con inteligencia artificial pero muy caras y las baratas muy malas. Nunca hemos creado un hardware, hay muchas cosas de las cuales no tenemos mucha idea. Mientras estábamos acabando de gestionar, nos contactaron.
Entramos en la fase intermedia: Traction. Nosotros somos novatos en ventas, tenemos una directora de proyecto buenísima que su especialidad son las ventas B2B y el marketing. Es uno de los pilares del valor añadido que nos están dando, también formaciones genéricas de muchísimas cosas. Nos han enseñado el modelo de negocio de Mercadona. Además, me sorprendió para bien el ambiente emprendedor. Aquí han traído a gente que trabaja mucho.
¿Podremos encontrarlo ya en algún sitio?
Tenemos cinco o seis clientes que nos compran los prototipos. Ahora estamos instalando las versiones grandes. Un centro comercial en Galicia y un piloto que vamos a probar en unos hoteles. Estamos en los pasos iniciales.
