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Un año más, y quizá el último, se acerca el polémico momento del cambio de hora.

Este año se producirá en la madrugada del sábado 24 de octubre al domingo 25, cuando los relojes deberán retrasarse una hora para entrar en el horario de invierno. Cuando las agujas del reloj marquen las tres de la madrugada, se tendrán que atrasar a las dos.

El cambio de hora siempre se relaciona con el mejor aprovechamiento de la luz y el ahorro energético. En 1784, Benjamin Franklin, embajador de EEUU en Francia, envió una carta al diario Le Journal de París, proponiendo algunas medidas favorables para el ahorro energético. Algunas de éstas fueron. Poner un gravamen a las personas que impidiesen la entrada de la luz a las habitaciones de sus viviendas. Regular el consumo de cera y velas y hacer replicar las campanas de las iglesias al amanecer para que la gente se levantase a la misma hora.

En realidad, no se le hizo mucho caso. Pero poco a poco algunas de sus ideas se fueron aplicando hasta que en 1905 William Willet propuso adelantar los relojes 20 minutos todos los domingos de abril para ganar luz las tardes de verano y hacer lo contrario en otoño. Pero los científicos se opusieron y no fue hasta 1916 cuando se tomó una medida para el ahorro energético.

El 30 de abril de 1916 durante la Primera Guerra Mundial, el káiser Guillermo II aprobó el cambio de hora para ahorrar carbón. Países como Alemania, Austria y Hungría adoptaron esta medida que duró unos meses. En 1974 el cambio de hora se convirtió en norma, después de la primera crisis del petróleo y en 1981 se aplicó como directiva europea.

Desde entonces, todos los países de Europa cambian sus relojes para conseguir un ahorro energético, aunque según aseguran expertos del sector, el cambio apenas modifica la factura en los hogares.

¿ÚLTIMO CAMBIO DE HORA?

En agosto de 2018, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, propuso eliminar el cambio de hora y establecer un horario fijo. O el de invierno o el de verano. La consulta pública que se realizó terminó con un 80% de votos favorables al fin de este cambio horario. Se acordó el estudio de una valoración de los efectos que conllevaría tomar esta decisión.

En el caso de España, 6 de cada 10 españoles preferirían quedarse con el horario de verano según el barómetro del CIS. Sin embargo, existen discrepancias entre las diferentes autonomías. En Galicia un 75,5% quiere terminar con el cambio de hora, en la Comunitat Valenciana la cifra desciende a un 63,4% y en Andalucía menos de la mitad de la población está conforme (46,4 %).

Aunque la idea de la Comisión Europea era que este mes de octubre tuviese lugar el último cambio de hora si los estados miembros decidían quedarse en el horario de invierno, finalmente la medida se retrasará a 2021 ya que el Parlamento ha solicitado un aplazo hasta que se aclare el procedimiento de dicho cambio.