Esta tarde València vivirá uno de los momentos más especiales y peculiares dentro de la programación de la Gran Fira de València: la Batalla de Flores.

Un espectáculo que este año cumple 128 años, en el que carrozas y flores se únen para llenar de color el Paseo de la Alameda.

Este acto fue introducido en 1891 por iniciativa de Pasqual Frígola, barón de Cortes de Pallás, y empezó a celebrarse en el paseo de la Alameda imitando unos combates lúdicos semejantes que se celebraban en Niza durante el Carnaval. No tardó en convertirse en el festejo más distinguido y popular; y se mantuvo como uno de los principales actos festivos y sociales de la era dorada de la antigua Fira, entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX.

Se podría decir que la Batalla de Flores nace como un homenaje a la huerta valenciana, en un homenaje colorido y aromático que iniciaron las familias más burguesas y adineradas de Valencia para lucirse de forma ostentosa y celebrar, quitándose de todo protocolo, la llegada del verano. Toda una locura floral en la que se mueven por el aire más de un millón de clavelones (en su mayoría naranjas, amarillos y rojos) que, durante poco más de media hora, se desestresan lanzándose flores unos a otros.

La Batalla de Flores empieza con un cortejo encabezado por la Policía Municipal. Le sigue la cabalgata valenciana, con música de tabal, dolçaina, portadores de joyas y parejas a caballo vestidos a la antigua; el desfile de carrozas y una entrega de premios.

El desfile se realiza a caballo, en calesas y también en impresionantes carrozas, que compiten entre ellas, realizadas y decoradas por artistas falleros, durante la nit de la punxà,  con otros tantos millones de flores y otros diseños temáticos, que llenan de color y fiesta la Batalla de Flores.

Es entonces cuando empieza la batalla de flores como tal y se lanzan los claveles. Este año, alrededor de dos millones de clavelones cruzarán de un lado a otro el Paseo de la Alameda de València. Eso sí, y aunque todo el mundo puede participar de este acto, el recinto está acotado, por motivos de aforo, seguridad y limitación de las flores que se lanzan.

Para poder acceder al recinto, es necesario tener un palco”, y de ese modo participar de una de las batallas más bonitas del mundo, que sirve para poner punto y final a la Gran Fira de València.