Más de 30.000 personas pasarán a lo largo del día y de la noche por la Plaza de la Virgen. Su objetivo, besar la mano de la Mare de Deu dels Desamparats, en el Besamanos. A las 7 de la mañana se han abierto las puertas de la basílica y se cerrarán cuando pase el último fiel.

Los feligreses, que han soportado horas y horas de cola para cumplir con la tradición, han sufrido también el intenso calor que se está viviendo en Valencia estos días. Algunos de los participantes han padecido lipotimias y golpes de calor por las elevadas temperaturas.

Desde hace quince años, la Hermandad de los Seguidores de la Virgen organiza el Besamanos que se ha convertido en un acto multitudinario. Los feligreses acuden a la Virgen a pedir, sobre todo, salud.

La Mare de Déu dels Desamparats viste para el Besamanos un manto de color plata con bordados en oro donado por la familia Suay. El aderezo que luce ha sido realizado por el taller de orfebrería de la Fundación Maides.