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El Ayuntamiento de Valencia ha presentado esta semana los resultados del Plan de Participación Ciudadana de los barrios Pla del Remei y Russafa, concretamente la zona comprendida entre la Estación del Norte, Colón, el jardín del Turia y las Grandes Vías Marqués del Turia y Germanías.

Se trata de un proceso de participación impulsado por la Concejalía de Movilidad Sostenible que, durante tres meses (de febrero a abril de 2017), ha recopilado todas las propuestas vecinales de mejora de la zona en cuanto a la movilidad, espacio público y coordinación entre áreas municipales.

Según las conclusiones, el vecindario y los comerciantes han sugerido medidas orientadas a la recuperación del espacio público y a la mejora de las condiciones de seguridad de peatones, sobre todo en zonas próximas a centros escolares o de gran afluencia de transeúntes. Esto supondría una peatonalización de parte de la calle Cirilo Amorós así como una posible actuación en la céntrica calle Jorge Juan, una de las más transitadas de Valencia, instalando una plaza peatonal entre dicha vía y la calle Isabel La Católica.

El objetivo sería ganar espacio peatonal y generar más zonas verdes en esta parte de la ciudad. Sin embargo, para lograr dicha finalidad se llevarían a cabo otras actuaciones que afectarían al transporte como la prohibición del aparcamiento de motos en las aceras, el cambio de zona azul a naranja para el aparcamiento de los vecinos o la restricción del tráfico, a excepción de bicicletas y transporte público, en las calles de un carril como es el caso de Hernán Cortés o Félix Pizcueta.

En palabras del propio concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, la finalidad del consistorio es «atender las necesidades y deseos de los vecinos y vecinas, comerciantes y el resto de personas que conforman el tejido vivo de nuestros barrios, especialmente en lo que se refiere a la recuperación del espacio público en nuestra ciudad».

«Por ese motivo hemos impulsado este y otros procesos participativos y también atendemos los realizados incluso desde las propias iniciativas vecinales. Unos procesos que, cabe recordar, coinciden al reflejar el deseo compartido en todos los barrios de disponer de unas calles más seguras y saludables, libres de ruidos y contaminación, en la línea del trabajo que por fin se ha emprendido en Valencia por la actual corporación».