plaga

El insecto vector de la Trioza erytreae, propagador de la devastadora enfermedad del Huanglongbing (HLB), se encuentra ya presente en las plantaciones citrícolas próximas a Lisboa, don­de ha ido avanzando con gran rapidez y de forma incontenible, según ha podido conocer LA UNIÓ de Llau­radors del propio Ministerio de Agricultura.

El citado vector ha dejado de localizarse sólo en jar­dines o propiedades particulares, como hasta ahora y ahora se encuentra dentro o a sólo unos kilómetros de una zona con más de 1.500 hec­tá­reas plan­tadas, de naranjas funda­men­tal­mente. Tal ubicación deja pues el foco más cer­ca­no a escasos 190 km de las primeras plantaciones españolas de cítricos, las de la provincia de Huel­va (la segunda en re­le­van­cia de Andalucía, con alrededor de 19.000 ha) y a sólo 170 km de la prin­ci­pal productora de agrios del país vecino, el Algarve, con otras 14.600 ha.

La situación es, en términos de seguridad fitosanitaria, tan crítica, que las autoridades  portuguesas ya han regulado las condiciones en las que sus viveros de cítricos tendrán que operar pa­ra ser considerados, desde el pasado 1 de enero, co­mo libres de este in­­secto y por tanto no sufrir las res­­­tricciones que se han im­­pues­to para frenar su expansión. Y tales medidas pasan por el aislamiento, mediante cubiertas que ga­­ranticen la bioseguridad de todos los plantones a lo largo de todo su ciclo ve­getativo, de las plantaciones de los viveros de cítricos.

La plaga está pues en pleno proceso de expansión en la Península Ibérica desde que fuera detectada en Galicia en 2014 y avanza con un gran potencial invasivo por el país vecino. Antes de verano, el in­sec­to se expandía sin interrupción por todo el litoral atlántico desde Galicia hasta la mencionada zona de influencia de Oporto.

En algunas potencias citrícolas mundiales, como es el caso de Estados Unidos, Méjico o Brasil, el HLB ha causado ya pérdidas millonarias e incluso amenaza la propia subs­istencia del sector pues no tiene cura conocida. Todos los ex­per­tos en la materia alertan que la citricultura es­pa­ño­la hace frente a la ma­yor ame­naza desde la enfermedad de la Tristeza de los cítricos, que arrasó bue­na parte de nues­tras plantaciones a finales de la década de los 50 y los 60. En todos los casos, desde la irrup­ción del vector, la llegada de la enfermedad (de la bacteria, aún no presente, se reitera) ha sido sólo cuestión de tiempo.

El Huanglongbing causa un rápido debilitamiento de los árboles, que acaba provocándoles la muerte en pocos años, va acompañado de una pérdida del potencial productivo de las parcelas desde los primeros años de la infectación.

Medidas desde La Unió

LA UNIÓ ha trasladado al Ministerio y Conselleria de Agricultura la necesidad de hacer de la in­ves­ti­gación, control, vigilancia de este vector o de su enfermedad una “cuestión de Estado”.

En este sentido recuerda que, si una administración no hace correctamente la tarea de inspección y como consecuencia de su negligencia produce un daño, de forma particular se puede pedir responsabilidad patrimonial y que se indemnice al afectado, tal y como se regulan tanto en la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas como en la Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público y en esta línea, LA UNIÓ asesorará y defenderá los intereses de los agricultores ante las administraciones que hagan dejadez de sus funciones y permitan la infestación de nuestra citricultura.

De igual ma­ne­ra, ahora más que nunca se im­pone que los citricultores extremen las precauciones, comuniquen cual­quier caso de sospecha y, sobre todo -y para evitar situaciones como la ahora acontecida en Portugal, evi­ten recurrir a material vegetal que no disponga del certificado fitosanitario.